¿Qué son los TCAs?
Los trastornos de conducta alimentaria especifican alteraciones de las conductas relacionadas con la alimentación. Las personas manejan ideas patológicas de naturaleza obsesiva y fóbica respecto a la alimentación, imagen corporal y al peso. Son Trastornos muy incapacitantes, porque afectamente negativamente en la adaptación y funcionalidad de las personas. Suelen ser trastornos dónde es habitual la falta de conciencia de enfermedad.
Causa
El origen no es repentino. Son muchos los factores implicados precipitantes y predisponenetes, ya que los hay genéticos como sociales y familiares, y fruto de esa interacción de elementos se fragua esa preocupación patológica hacia el peso y la forma corporal, afectando las áreas vitales y la propia salud.
Se habla de cierta predisposición en aquellas personas con tendencias neuróticas y perfeccionistas al igual que también podríamos nombrar el culto a la delgadez que predomina en nuestra sociedad: la delgadez está asociada a éxito.
Carcaterísticas
Las personas con TCAs, se ven atrapadas en un círculo vicioso de conductas repetitivas y rituales centrados en la comida. El hecho de no saber lidiar con determinadas ideas, y la producción de reglas desmedidas para calmar sus miedos irracionales les lleva a la imposición de muchas conductas estereotipadas. Los déficits energéticos a los que se expone la persona con TCA le dejan en una situación crítica que despierta numerosos problemas tanto físicos como psicológicos: la mente y el cuerpo se van agotando y el miedo cada vez se hace más fuerte.
La anosognosia, falta de conciencia de enfermedad, también es muy frecuente en este tipo de trastorno, lo que puede alimentar resistencias y obstáculos de cara al tratamiento.
Durante los TCA hay respuestas de autentico temor hacia la comida y la imagen/peso que son reforzadas constantemente por bucles de respuestas repetitivas que refuerzan el miedo y la amenaza.
¿Tienen cura los TCAs?
Hay que entender que este tipo de trastorno alberga cierto grado de complejidad que implica un compromiso fuerte por parte del paciente y una participación activa de su círculo. Se debe interiorizar adecuadamente las prioridades y la dirección del tratamiento. Al final del día eres la única persona que sabe si estás restringiéndote de comer: Se el cambio.
Existe un fuerte componente educativo, de concienciación, dónde la persona debe aprender a etiquetar correctamente los pensaminetos y la naturaleza subyacente a éstos.
Estudiar que estrategias poner en marcha de forma particular es indispensable, saber que funciona para ti. Cambiar la táctica y adaptarnos a ese entorno hostil y por supuesto, no te tomes el lujo de despreciarte.
La persona atenazada por el miedo, pone en marcha una serie de conductas restrictivas y compensatorias que le hacen creer que reducen su miedo, cuando lo único que hacen es conquistar un alivio cortoplacista que colateralmente está alimentando aun más dichos temores.
Hay una creencia popular de que son problemas crónicos; a mi parecer, y personalmente, creo que un fuerte compromiso y que sean diagnosticados tempranamente ayuda mucho. Hacerte cargo de ti mismo y entender que la recaída es necesaria para el éxito son factores determinantes. Cada caso es distinto, y distintas son las formas de abordarlo.